Se agradece que Òmnium Cultural reserve energías y dinero de sus 60.000 socios para ayudar a combatir la pobreza, pero sus dirigentes y miembros deben entender que, desde fuera, se mire con cierta reserva y suspicacia su presencia en un terreno, como es el de la lucha contra la pobreza, que nunca ha sido el suyo. «Òmnium Cultural descubre la pobreza» (El Triangle, 28 de noviembre de 2016)