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(El País) El soberanismo mayoritario persiste en el relato de que la independencia llegará como un parto sin dolor, porque el cuerpo de la sociedad catalana y de su administración realizan la gimnasia conducente a un feliz resultado. Mientras la compleja cartografía política sufre los últimos retoques, la realidad sigue su camino. Es bueno pensar sin cortapisas, pero también lo es saber dónde estamos. «Concurso de ideas» (El País, 10 de octubre de 2016)