(El País) La política debe servir para resolver problemas. En lugar de esto, los gobiernos de Rajoy y Puigdemont se dedican a alimentar el choque de trenes. Si resulta difícilmente creíble que un gobierno de Rajoy pueda solucionar problemas como regenerar la democracia (con la corrupción reinante), o como preservar el Estado del bienestar o revertir la desigualdad económica que se ha agravado de forma alarmante durante su mandato, resulta imposible pensar que sea capaz de un diálogo político constructivo sobre Catalunya. «Energías perdidas» (El País, 18 de octubre de 2016)