Si un excelente escritor no es digno de Barcelona por sus opiniones sobre el ‘procés’, ¿a dónde vamos? ¿Dejamos de leer a Vargas Llosa por sus críticas al nacionalismo? ¿Rasgamos los cuadros de Dalí por filofranquista? ¿Quemamos los libros de Pla o los de Borges? ¿Renunciamos a la ironía, a las voces críticas, al talento? «Miserables» (El Periódico, 15 de septiembre del 2016)