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Los filósofos de la ilustración, como Rousseau o Kant, ya propusieron en el siglo XVIII avanzar hacia una federación europea que luego se extendiera al resto del mundo para alcanzar la paz. Es una de las cuestiones que planteó el pasado jueves la catedrática emérita de Ética de la UAB, Victòria Camps, en la tertulia federalista celebrada en la Librería Alibris.

Victòria Camps explicó como Kant profundizó en esta cuestión en su obra ‘Sobre la paz perpetua’, en la que propone una estructura mundial y para cada uno de los estados, la federal, que favorezca la paz y evite las guerras. Sin embargo, el propio Kant era pesimista respecto a las posibilidades de llevarla a la práctica por el egoísmo de los estados y de las personas. victoria2Un impedimento que, recordó Camps, también vislumbra un filósofo de nuestro tiempos, Jürgen Habermas, que propone una confederación mundial como vía para la paz pero cree que los estados no están dispuesto a ceder poder.

“Una federación es una vía para evitar las guerras porque el poder y la soberanía están repartidos. Todos están de acuerdo en repartir la soberanía y que ninguno domine sobre los otros. Tiene que haber un pacto y decidir de qué se encarga al poder central y de qué a los estados. Por desgracia esa falta de voluntad para hacer prevalecer el bien común que ya veían los filósofos ilustrados sigue vigente”, señaló Victòria Camps que puso como ejemplo España: “el estado central y las autonomías quieren reservar para sí el máximo poder y eso impide avanzar hacia el federalismo. En Europa el egoísmo de los estados es evidente también estos días con la crisis del proyecto europeo”.

victoria3La tertulia giró en torno a ideas planteadas por Victòria Camps en dos de sus libros de reciente publicación: ¿Qué es el federalismo?, del que es coautora con Joan Botella y Francesc Trillas, y Elogio de la duda.

Respecto a este último, Victòria Camps reivindicó la necesidad de recuperar en política el valor de la duda, de escuchar al otro y debatir, algo que a su juicio se vende mal en estos tiempos en que prevalecen las posturas radicales. “En la idea federal la duda ya está explícita. Un modelo federal exige discutir, razonar y estar abierto a cambiar de opinión. victoria5Es lo contrario a los extremismos que ahora proliferan”, señaló Camps que también lamentó que el parlamento haya dejado de ser un lugar de encuentro y discusión para convertirse simplemente en un espacio donde escenificar las propias posturas.

Victòria Camps se refirió también al actual modelo de las autonomías que, a su juicio, se ha limitado a descentralizar y atomizar España pero no ha avanzado en la cosoberanía. “¿Qué estamos dispuestos a hacer juntos? No nos hacemos esta pregunta. Las respuestas pueden ser diferentes pero para construir un estado federal tiene que haber voluntad de hacer cosas en común, tiene que hablarse de esto, de cómo se articula un equilibrio entre el poder central y las autonomías”, aseguró.

victoria4“Tendríamos que estar debatiendo cómo repartir las competencias entre los distintos niveles, decidir qué queremos hacer juntos porque eso no está explicitado”, señaló citando a uno de sus dos coautores (Botella) mientras del otro (Trillas) destacó que el federalismo tiene en cuenta que ninguna persona tiene una sola identidad y que hay que buscar fórmulas para que ninguna quede excluida.

Victòria Camps propuso sacarse de la cabeza los conceptos de patria, nación (ligada a un estado) y soberanía y avanzar en la cultura federal: “El estado no es más que una cuestión práctica, organizativa, y la soberanía es un concepto tautológico. Tenemos que pensar una manera de organizarnos que resuelva nuestros problemas”, indicó.

Respecto a si es más ético ser federalista o independentista, señaló que ninguno de los dos es más ético como proyecto político pero que los valores del federalismo sí lo son: “La idea de unir está más cerca de la ética que la de separar, la separación es insolidaria, la idea de federarse con los demás es más hospitalaria. En un estado federal deberían existir derechos universales que sean iguales para todos”, afirmó y reconoció que situaciones como la de la pena de muerte, que es legal en algunos estados y en otros no, es una cuestión no resuelta por los Estados Unidos.

Autor: Beatriz Silva