El eventual beneficio fiscal de la independencia se circunscribiría a la facilidad de elección sobre la modalidad de la deuda. Ni siquiera sobre su tamaño. Sería arduo concluir que eso pueda suponer un argumento seductor y convincente en favor del proyecto secesionista. «Réquiem por el thatcherismo catalán» (El Pais, 24 de agosto del 2016)