Opinión

Preguntar en un referéndum consultivo, legal y acordado es una opción jurídicamente viable. No es la más deseable, por las divisiones que provocaría inevitablemente. Pero la inercia, la falta de voluntad de conectar con los que desean desconectarse, empiezan a pesar demasiado.

«La inercia de la pasividad» (La Vanguardia, 27 de febrero de 2016)