Lo que, en realidad, se postula por parte de Artur Mas y sus allegados orgánicos es la ausencia de control de la sociedad y de la política sobre las fuerzas individuales de la economía trasnacional, que sólo atienden al deus ex machina de las leyes del mercado. No es, por tanto, una microdiscontinuidad (debo esta palabra a Umberto Romagnoli) sino un cambio radical de paradigma y violenta ruptura con el universo de los derechos. Donde la democracia, como ligamen social, fundado en la búsqueda de la igualdad y solidaridad, está declinando
La República catalana contra los catalanes (de abajo), (Bloc «Metiendo bulla», 30 d’octubre de 2015)