Opinión

Cierta catalanofobia, inoculada por la derecha político-mediática, existe sin duda en el resto de España, pero en Catalunya es la hispanofobia la que impone su ley, con menoscabo de la libertad de expresión. Quien discrepa, cuestiona o duda de los mandamientos del soberanismo es vejado y acosado, condenado como cómplice del Estado opresor. Se instigan boicots. Se profieren amenazas. Se anticipan represalias para el 28-S. «Llamadas contra el odio» (El Periodico, 20 de septiembre de 2015)