Cuesta trabajo admitir que con los dramáticos problemas que padecen millones de personas en este país -el paro, la pobreza, el deterioro de las condiciones de vida y las angustiosas necesidades de vivienda, por citar sólo algunos- la agenda política esté marcada por el debate de la independencia de Catalunya. Es cierto que existen determinados problemas territoriales pero realmente, resulta difícil pensar que no puede existir una fórmula de acuerdo en un marco federal en que se puedan sentir cómodos todos los ciudadanos. «Federalismo contra independencia» (Alternativas Económicas, 27 de agosto de 2015)