No existe absolutamente ningún argumento racional, científico y objetivo que permita afirmar que es mejor vivir en un estado pequeño que grande. No hay ningún tipo de evidencia documentada en la Europa actual que vincule el tamaño de los países con su nivel de riqueza, igualdad, bienestar o trabajo; quien así lo afirme estará dejando llevar por la demagogia, los perjuicios, la fe dogmática, el pensamiento positivo o la irracionalidad. Así pues, en vez de estar metidos en el estéril debate Catalunya-España deberíamos estar bastante más preocupados por el tipo de políticas que se hacen en en su interior y hablando de propuestas ideológicas en un eje izquierda-derecha y no en la enfermiza obsesión identitaria por el tamaño de las fronteras
«Son els estats petits més eficients?»: Blog Reflexions d’un Arqueòleg Glamurós, 24 d’agost de 2015