¿Votos recibidos o escaños ganados? La cuestión no es menor a consecuencia de nuestro sistema electoral: dado que un escaño en Barcelona cuesta el doble de votos que en Lleida, nuestra pregunta tiene una lectura partidista directa. «No hay dilema: cuentan los votos» (La Vanguardia, 30 de agosto de 2015)