El futuro de la Humanidad pasa por eliminar fronteras entre las personas y compartir derechos y deberes. Pasa por una sociedad fraternal y solidaria que es el alma del federalismo
Soy de los que cree que el independentismo no es otra cosa que la etapa final del nacionalismo. El propio presidente desaparecido de Cataluña durante 23 años y líder del nacionalismo catalán unos cuantos más, el hoy desaparecido Jordi Pujol, lo ha reconocido. «No defendí antes la independencia porque no había las condiciones necesarias para conseguirla». Ergo, los nacionalistas no son independentistas hasta el día en que pueden conseguir la independencia.
Por eso coincido con los que, como el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, -y ya es triste tener que coincidir con según quien-, consideran que la reforma de la Constitución no detendrá el ansia secesionista.
Pase lo que pase el próximo 27 de septiembre y los días posteriores, la reivindicación independentista -mayoritaria o minoritaria electoralmente- continuará viva.
Pero no hay que olvidar que este camino no es irreversible. Senegal y Gambia intentaron unirse una temporada. Formaron Senegambia, pero la apuesta no tuvo éxito y se volvieron a separar. Rusia se desmembró y ahora algunas de las nuevas repúblicas o parte de ellas están siendo captadas, con mejores o peores intenciones, por la vieja metrópoli. Quebec y Escocia han organizado referendos de secesión y probablemente harán nuevos. Alemania estuvo dividida en dos países a partir del 1949 y se reunificó en uno solo en 1990.
El camino hacia la independencia de los países parece más irreversible que el contrario. En cambio, el futuro de la Humanidad pasa por eliminar fronteras entre las personas y compartir derechos y deberes. Pasa por una sociedad fraternal y solidaria que es el alma del federalismo.
Por ello, si la Constitución se reforma en sentido federal, los independentistas catalanes sinceros seguirán defendiendo la secesión. Pero, al mismo tiempo, si Cataluña algún día se proclama un país independiente los federalistas continuarán defendiendo y luchando para que recupere una relación fraternal y federal con España, Europa y el resto del mundo.
