Opinión

Querer ganar para ir a una meta muy difícil y discutible dividiendo al país en dos mitades enfrentadas, buscando el 50% de los votos o los 68 diputados para desconectar con España -como si fuera tan fácil e indoloro como cambiar de compañía de móvil y no existiese la Unión Europea- parece una aventura descabellada, no una apuesta «con un punto de incertidumbre» como ha afirmado Artur Mas. «¿Es la desconexión lo único que importa?» (El Periodico, 21 de julio de 2015)