Al solicitar el apoyo de los electores para un programa con un sólo punto, la lista única está pidiendo un mandato en blanco para todo lo demás. Si obtuviese el mayor número de escaños (lo que, por razones que apunté hace tiempo en estas páginas no equivale al éxito plebiscitario), el Govern resultante podría no gobernar, o gobernar como le viniera en gana; con recortes o sin ellos, con austeridad o despilfarro, para los ricos o para los pobres.
Francisco Rubio Llorente: «Plebiscitos y sucedáneos» (La Vanguardia, 27.07.15)