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El experimento de la “lista cívica” (con o sin políticos en activo) busca la movilización excepcional de dos millones de electores. Una victoria rotunda, para forzar una negociación con el Estado español, con visado europeo. E intenta evitar, como en 1980, un frente catalán de izquierdas, alimentado esta vez por la nueva corriente metropolitana que mueve Podemos. El cambio en la alcaldía de Barcelona es un dato fundamental

“Catalunya explicada a quienes han perdido el hilo” (Caffe Reggio, 9 de julio de 2015)