Las elecciones municipales tienen una dinámica propia y se vota –la mayoría de las veces– en clave de ciudad. Pero lo que nadie puede discutir es que, en unas elecciones municipales que el independentismo ha vendido como una previa de las plebiscitarias del 27-S, los barceloneses que se inclinarán por los partidos cercanos a la hoja de ruta de Artur Mas suman todo lo más un relevante pero minoritario 37,8%. No es la mayoría “excepcional” que Artur Mas pidió para sí en las elecciones anticipadas del 2012 y que ahora es una condición indispensable –no forzosamente suficiente– para exigir la independencia.
«El no de Barcelona a la independencia», El Confidencial, 13 de mayo de 2015