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Con nombres diferentes y políticas diversas según los países, pero compartiendo la idea común de una justa redistribución de la riqueza, Europa se dotó de sistemas de cobertura social que fueron decisivos para mejorar las condiciones de vida, reducir las desigualdades y consolidar la paz. Federalistes d’Esquerres ha decidido organizar un grupo de trabajo que reflexione sobre las oportunidades y amenazas del actual estado del bienestar bajo el doble prisma de la descentralización y gobierno compartido de carácter federal

El estado de bienestar se desarrolla en Europa tras la II Guerra Mundial, con el objetivo de proveer de protección social a sus ciudadanos en aspectos claves como la salud, la educación o la justicia. Con nombres diferentes y políticas diversas según los países, pero compartiendo la idea común de una justa redistribución de la riqueza, Europa se dotó de sistemas de cobertura social que fueron decisivos para mejorar las condiciones de vida, reducir las desigualdades y consolidar la paz. Gracias a esta provisión, la segunda mitad del siglo XX vio crecer la riqueza y el bienestar de las capas sociales más vulnerables y la aparición de una amplísima clase media sobre la que se fue construyendo el concepto de una Europa común. Una razonable inversión pública que estimuló la economía, una economía de mercado moderadamente regulada y un sindicalismo que protegía los derechos laborales, constituyeron el núcleo del sistema económico y productivo que hizo posible la Europa actual.

Aunque aún es pronto para que historiadores y economistas se pongan de acuerdo sobre las razones que llevaron a la eclosión neoliberal, lo cierto es que a partir de mediados de los años ochenta los conceptos de sector público fuerte y regulación del mercado entran en crisis y se abre una época en que las compañías multinacionales de la mano de gobiernos de derechas pasan a promover y controlar la globalización de la economía y con ello se abre un gran mercado libre, cada vez más desregulado, una progresiva financiarización de la economía y la deslocalización de las empresas en pos de salarios bajos y beneficios cada vez mayores. Todo ello se asocia a una mengua progresiva del sector público y a privatizaciones masivas de servicios tradicionalmente responsabilidad de los estados: ferrocarriles, energía, educación, sanidad, etc.

Pero no sólo las políticas neoliberales amenazan la continuidad del estado de bienestar. Su sostenibilidad se ve asimismo comprometida desde su esencia misma por diversos factores que lo hacen presa fácil de la derecha. Entre estos cabe destacar:

1) la subvención o gratuidad y la ampliación progresiva de las coberturas sociales (maternidad, pensiones, aborto, dependencia, paro, transportes) disparan los costes del estado del bienestar por encima del crecimiento de la riqueza de muchos países,

2) el paro, la prolongación de la esperanza de vida y la baja natalidad comprometen el sistema de pensiones y, en general, la viabilidad de la seguridad social tal como la hemos concebido hasta ahora,

3) en el contexto de la crisis actual muchos gobiernos se han endeudado hasta extremos hasta hace poco inimaginables (en muchos casos asumiendo deudas del sector privado), lo cual va a condicionar seriamente las economías europeas durante las próximas dos décadas.

Las amenazas que penden sobre el estado de bienestar en España son las que acabamos de mencionar refiriéndonos al marco general europeo pero poseen tintes propios. En primer lugar la complejidad administrativa ha creado una Administración poco ágil y eficiente, con duplicidades competenciales, inercias centralistas y políticas de exaltación local onerosas y corruptas. El electoralismo ha pasado factura al ciudadano en temas como la creación de empresas públicas deficitarias, construcción de infraestructuras ruinosas y clientelismo basado en subsidios dudosos o prácticas corruptas.

En segundo lugar, la ampliación progresiva de la cartera de servicios y coberturas sociales y el crecimiento del gasto sanitario muy por encima de nuestro PIB (gasto a menudo ineficiente y electoralista), ha comprometido su gratuidad y gobiernos autonómicos de distintos colores han implementado formas de copago.

En tercer lugar, la elevadísima tasa de paro y la proliferación de salarios mileuristas ha provocado una caída abismal de la recaudación fiscal por rentas del trabajo gravándose el consumo a través del aumento del IVA.

En cuarto lugar, el descrédito del gobierno central de Mariano Rajoy y de su forma de entender y utilizar la mayoría absoluta, ha disparado las reticencias de los gobiernos autonómicos que ven invadidas sus competencias y amenazada cualquier mejora de su financiación.

En quinto lugar, la política soberanista de Artur Mas y sus aliados, ha supuesto un factor desestabilizador en la relación entre Catalunya y España, a la vez que ha marginado el auténtico debate que tienen pendiente todos los catalanes sobre el presente y el futuro de un estado de bienestar sometido a recortes sucesivos sin más objetivo que el ahorro ni más programa que el de capear el temporal y promover falsas ilusiones.

Desde su independencia de la política institucional y su vocación por el debate y la discusión de propuestas, Federalistes d’Esquerres ha decidido organizar un grupo de trabajo que reflexione sobre las oportunidades y amenazas del actual estado del bienestar bajo el doble prisma de la descentralización y gobierno compartido de carácter federal y de una política social que defina y priorice el bienestar de los ciudadanos dentro de una perspectiva económica realista. También debería reflexionar sobre las consecuencias que tendría una eventual secesión de Catalunya sobre la financiación de este Estado del bienestar, en un contexto de creciente competencia fiscal entre jurisdicciones y de concentración a escala internacional de una riqueza que escapa a las haciendas de los estados-nación.

Dicho grupo de trabajo tiene como objetivo el análisis de las políticas sociales de estados federales que pudieran servir como modelo plausible para la reorganización federal de España y de la progresiva integración europea, el acercamiento a los estudiosos del ámbito académico que hayan elaborado propuestas y la creación de foros de debate en los que se pusieran de manifiesto las líneas maestras de la reorganización federal de las políticas sociales.

 

Un primer documento sobre Sanidad está ya disponible en el espacio destinado a los grupos de trabajo. Consultar aquí.

Antonio Sitges-Serra es coordinador Grupo de trabajo sobre “Estado del bienestar”