Cataluña debe dejar de pensarse como una nación sometida, España tiene que hacerse cargo plenamente de su herencia republicana y federal. Dejemos de hablar eternamente de historia nacional a historia nacional, y ensayemos una historia cruzada como puntal de una cultura federal y de un proyecto común. Cataluña puede aceptar ese reto, también España. Eso sí, ambas tienen algunas tareas pendientes: asumir que su identidad es su diversidad y que esta, en una sociedad del conocimiento, es enriquecedora. «El reto del federalismo» (El País, 13 de marzo de 2015)