El muy astuto Artur Mas anunció hace semanas a bombo y platillo, ante el asombro de la humanidad —el mundo nos mira—, que el 27 de septiembre habría elecciones autonómicas. Nuestra peculiar sofisticación requiere que unas elecciones, sean algo más que unas elecciones tout court, así que, además de apodarse plebiscitarias, estas elecciones nacieron para la historia. Como devoradores de acontecimientos históricos nuestra dieta reclama esta constancia. «Tal para cual» (El País, 24 de marzo de 2015)