Hace unos meses el soberanismo alardeaba de que, según las encuestas, el 80% de catalanes era partidario de poder votar para decidir acerca de su futuro político. Pues bien, cuando el pasado 9-N el presidente Mas cumplió finalmente su promesa de poner urnas y papeletas, para conocer las preferencias de la ciudadanía catalana al respecto, resultó que solo acudió a votar el 30% de los convocados. La pregunta inevitable es: ¿qué se hizo del 50% que falta en esta contabilidad? «La bobada de pasar pantalla» (El País, 29 de marzo de 2015)