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Federalistes d’Esquerres no es antiindependentista, sino simplemente no independentista. En el plano teórico puede concebir un entramado legal en el que una parte del Estado puede decidir la secesión si existe una voluntad clarísima de la población en ese sentido. Pero antes hay que dar una oportunidad de arreglar las cosas a través del federalismo, que es lo que hoy niegan tanto Rajoy como Mas. Cree que hoy es posible la opción federal ha ido logrando una creciente aceptación

Manuel Cruz, licenciado en Filosofía en Barcelona en 1974, doctor en 1979, catedrático de Filosofía Contemporánea en 1986, es autor de más de una veintena de libros, entre ellos ‘Las malas pasadas del pasado’ (premio Anagrama de Ensayo 2005), ‘Amo, luego existo’ (premio Espasa 2010) y ‘Adiós historia, adiós’ (Premio Jovellanos 2012). Ha sido profesor visitante en varias universidades europeas y americanas y escribe desde hace años en la prensa española.

Como indica su currículum nunca ha sido un intelectual encerrado en su torre de marfil, pero en el 2012 tomó un mayor compromiso. Impulsó y es el primer presidente de una asociación política plural, Federalistes d’Esquerres, que desarrolla una gran actividad. Dice que no conocía o no tenía estrecha relación con otros miembros del grupo inicial como Joaquim Coll, Antoni Sitges, Ana Sanz, Francesc Trillas…, pero que tras la manifestación independentista del 11 de septiembre del 2012 escribieron artículos que expresaban una profunda sintonía. Todos ellos se situaban en la izquierda, se habían manifestado contra los recortes de Artur Mas y les unía un sentimiento de gran perplejidad: ¿cómo podía ser que en breves semanas Catalunya pasara de estar gobernada por la alianza de Artur Mas con el PP a ser un país que bajo el liderazgo del mismo Mas quisiera caminar hacia la independencia? Y todo tras “la parodia del pacto fiscal”. Les parecía disparatado, se reunieron y decidieron que “algo había que hacer”. Lo primero fue redactar el documento ‘Crida per una Catalunya federalista i d’esquerres’, que presentaron en un acto en el Teatro Goya un día antes de que empezara la campaña de las elecciones anticipadas del 2012.

Recuerda que se sintieron aturdidos por el conato de recibimiento “peronista” a Mas tras la entrevista con Mariano Rajoy que siguió a la manifestación del 11-S y luego por la campaña con los carteles de ‘Artur Mas-Moisés’. Fundaron Federalistes con un llamamiento a la gente de izquierdas, tanto militante como independiente, se incorporaron más personas como Victoria Camps, Carlos Jiménez Villarejo, Carme Valls, Joan Botella e hicieron el acto fundacional en el Ateneu Barcelonès. El lleno total les animó y montaron un primer debate en el Teatre Joventut de L’Hospitalet, que moderó Lluís Bassets entre Ramón Jáuregui, uno de los dirigentes del PSOE que trabajaba el proyecto de reforma de la Constitución, y Joan Coscubiela, antiguo secretario general de CCOO de Catalunya y diputado de ICV en Madrid.

Manuel Cruz está satisfecho del trabajo del 2014, que cree que ha ayudado a un avance significativo de las tesis federales en España. Destaca dos debates en el madrileño Círculo de Bellas Artes. El primero sobre federalismo, con la participación de Nicolás Sartorius, Javier Pérez Royo, Fernando Vallespín, José Antonio Zarzalejos, Fernando Schwartz… El segundo, un diálogo “fuerte” entre tres dirigentes de izquierdas: Miquel Iceta, del PSC; Alberto Garzón, que entonces todavía no era el candidato de IU, y Juan Carlos Monedero, de la emergente Podemos. Y el pasado enero hubo otro acto en el CCCB de Barcelona con la participación de políticos e intelectuales catalanes como Joan Boada (ICV), Jordi Llovet y Jordi Gracia, y españoles como Fran Caamaño y Ángel Gabilondo, exministros de José Luis Rodríguez Zapatero.

CRECIENTE ACEPTACIÓN

Cruz sostiene que Federalistes no es antiindependentista -el independentismo es una opción legítima-, sino simplemente no independentista. En el plano teórico puede concebir un entramado legal en el que una parte del Estado puede decidir la secesión si existe una voluntad clarísima de la población en ese sentido. Pero antes hay que dar una oportunidad de arreglar las cosas a través del federalismo, que es lo que hoy niegan tanto Rajoy como Mas. El camino debería concretarse en una reforma constitucional de corte federal que luego habría que someter a referéndum en toda España. También en Catalunya. Y cree que la negociación debería ser lo suficientemente positiva para que la propuesta final fuera aprobada tanto en la globalidad de España como en Catalunya. Cree que hoy eso es posible porque tanto en la intelectualidad -y todavía más entre los expertos en Derecho Constitucional- como en la opinión pública española, la opción federal ha ido logrando una creciente aceptación.

¿Y si finalmente Catalunya vota ‘no’? Entonces tendríamos un problema a resolver con racionalidad. Pero antes lo lógico es dar una oportunidad a la opción federal y no despreciarla o escamotearla como hizo el ‘president’ Mas en la doble pregunta del 9-N. Claro, si al final una mayoría de forma clara y consistente -no con una consulta tramposa de “aquí te cojo, aquí te mato”- se decide por la independencia… Pero con debate claro y sin descalificaciones en los medios a los no independentistas, que son ciudadanos con todos sus derechos.

Manuel Cruz concluye que “la filosofía debe servir para introducir algo de racionalidad en un debate que deriva hacia el absurdo, sin más criterio por parte de quienes tienen el poder que el cálculo electoral a corto plazo”.

¿Qué harán el 27-S? Todavía no lo han discutido, pero lo lógico sería recomendar el voto a los partidos de izquierdas que admitan la solución federal: PSC, ICV-EUA, Podemos…

(El Periodico, 15 de marzo de 2015