Ser federalista en Cataluña no es fácil. Es más fácil, simpático, patriota y, para algunos, radical ser independentista. Precisamente esta ideología ha utilizado toda clase de epítetos para meter en el infierno de los traidores a la patria a todas aquellas personas que, siendo catalanistas, prefieren el juntemos, como diría Nicolás Sartorius, al separemos. Conjurémonos para reformar la Constitución, lejos del inmovilismo de unos o la imposición de otros, y crear un proyecto político y social común, compartido. «Conjura federalista» (El País, 11 de febrero de 2015)