¿Puede un consejero de Economía y Finanzas, como era Artur Mas, ignorar las consecuencias de que su padre tuviera una cuenta evasora en Liechtenstein? ¿Puede decir que sabía lo de la cuenta de su padre desde finales de los ochenta después de haber declarado en 2008, ante la Audiencia Nacional, que se acaba de enterar? Suena a sarcasmo que un partido con la sede embargada por los 6,6 millones de euros, presuntamente recibidos en comisiones del caso Palau, proponga una agencia tributaria “colaborativa y no coercitiva” en una Cataluña independiente. «Monedero, Mas y Montoro» (El País, 14 de febrero de 2015)