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En Catalunya se habla siempre de dos cosas: una, el modelo territorial; dos, todo lo demás? Todo lo demás es un saco donde caben desde los desahucios hasta la legionela, pasando por la sanidad, la corrupción, el modelo energético…

Han observado ustedes que en el actual debate político en Catalunya se habla siempre de dos cosas: una, el modelo territorial; dos, todo lo demás? Todo lo demás es un saco donde caben desde los desahucios hasta la legionela, pasando por la sanidad, la corrupción, el modelo energético… Y una de las líneas divisorias entre las distintas posiciones es la relación que cada uno establece entre el modelo territorial y todo lo demás.

Unos aseguran que están a favor del derecho a decidir sobre el modelo territorial, pero también, cómo no, sobre todo lo demás. Por algún extraño motivo, sin embargo, reclaman, proponen, negocian, gritan, abrazan… en aras de un referéndum sobre el modelo territorial, pero no están organizando referéndum alguno, que se sepa, sobre todo lo demás. Otros lo ven muy claro: si todo lo demás no funciona, es por culpa de España. En cuanto estemos solos, vais a ver qué pronto resolvemos todo lo demás. ¿Y cómo? Ah, bueno, eso… ahora no toca. Prefieren no concretar, y hacen bien. Porque imagínense que empiezan a definir sus propuestas, y entonces caemos en la cuenta, oh sorpresa, de que son neoliberales, y otros, bolivarianos, unos quieren bajar impuestos y otros subirlos, unos quieren Educación para la Ciudadanía y otros Religión Católica, unos exigen el copago sanitario y otros dicen que por encima de su cadáver…

El tercer grupo es el de quienes insisten en cambiar la agenda, para que en vez de pasarnos las veinticuatro horas del día discutiendo sobre el modelo territorial, empecemos a hablar de todo lo demás.

Observo, sin embargo, una coincidencia curiosa. Una ausencia compartida por los tres grupos. Y es que, cuando hacen la lista de todo lo demás, hay algo que nunca incluyen: la discriminación de las mujeres (por cierto, ¿cuántas asesinadas llevamos ya este año? ¿40, 45, 50…?). Una institución emblemática del nacionalismo, el Museu d’Història de Catalunya, acaba de inaugurar un ciclo de conferencias, Els invisibles, que “rescata del olvido” a 18 intelectuales y políticos catalanes del siglo XX… y cero intelectuales y políticas catalanas del siglo XX. Ni Federica Montseny, ni Lidia Falcón, ni Maria Aurèlia Capmany, ni Montserrat Roig, ni Esther Tusquets, ni Maria Mercè Marçal… Reconforta comprobar que más allá de la polémica, del enfrentamiento, de la fractura social, hay algo, por lo visto, en lo que están todos de acuerdo.

(La Vanguardia, 6 de diciembre de 2014)