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El Govern dels millors no ha dado muestras de esa virtud que pretenciosamente se autoatribuía. Se ha pateado el patrimonio y ha convertido en un páramo el horizonte para las futuras generaciones. En Cataluña, como en el conjunto de España, ya estamos acostumbrados a esa política que descansa sobre la privatización de beneficios y la socialización de pérdidas. «Campeones de la privatización» (El País, 21 de diciembre de 2014)