Tenemos que ir a votar tapándonos la nariz el 9N? Tenemos que participar en una fiesta de la democracia en la cual el consejero de salud que se ha cargado la sanidad pública catalana, votará después de declarar que con la independencia tendremos una atención sanitaria mucho mejor? Hemos llegado a un punto en que no se sabe muy bien si la consulta lo organiza el gobierno de CiU o dos agrupaciones independentistas (Blog Esquerra sense fronteres, 8 de noviembre de 2014)
A las puertas del 9N la pregunta es obligada: ¿Votarás o no? Y tienes que argumentar la decisión que tomes. De entrada, es evidente que la votación no permitirá dilucidar qué piensa la comunidad catalana sobre cuál debería ser la mejor relación que se tiene que establecer entre Cataluña y España. No ha habido ningún debate serio sobre las diferentes fórmulas posibles. El único debate que ha habido es sobre si era correcto o no votar en las condiciones en que se ha movido todo este proceso.
La doble pregunta no ayuda a animar al voto a aquellos que querrían ver claramente expresada la opción federalista. La palabra “federalismo” no sale en ninguna parte de la papeleta y se tiene que deducir que los que son partidarios tendrían que optar el Sí-No. ¿No habría sido más fácil la triple opción si se quería dar salida a esta opción? Hemos llegado a un punto en que no se sabe muy bien si la consulta lo organiza el Gobierno de CiU o dos agrupaciones independentistas: la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural. Qué sentido tiene que los catalanes no independentistas voten en unas urnas controladas por militantes por la independencia.
Por lo tanto, ganas de ir a votar en estas condiciones muy pocas.
“Pero si no vas a votar, el gobierno del PP te contará como uno de los suyos”, te replican los que sí que lo harán. Tienen razón, pero ¿es razón suficiente para depositar el voto en unas urnas que están pensadas como paso previo a unas elecciones plebiscitarias o una Declaración Unilateral de Independencia? Es un poco la dinámica habitual en las elecciones clásicas, donde si te abstienes, te acusan de haber facilitado la victoria de los “más malos”. “Más vale votar el mal menor, aunque sea tapándose la nariz”, te recomiendan.
¿Tenemos que ir a votar tapándonos la nariz el 9N? Tenemos que participar en una fiesta de la democracia en la cual el consejero de Salud que se ha cargado la sanidad pública catalana, votará después de declarar que con la independencia tendremos una atención sanitaria mucho mejor? ¿No lo tenemos que hacer porque Manos Limpias está en contra?
Mi decisión es no ir a votar, decir que los catalanes tendrán que votar algún día sobre esta cuestión y que, para que yo vote aquel día, hará falta que el proceso de organización, debate y recuento de los resultados, me merezcan una confianza que ahora no tengo.
Si los del PP quieren poner mi abstención en su zurrón, les diré esto. Y si los independentistas me lo recriminan, se lo diré también.
Mientras, me conformaré con que no se escape ninguna bofetada este domingo.