Y yo que creía que mi familia era normal y corriente. Estoy seguro de que te ha ocurrido lo mismo con tu padre. Al final, yo tampoco he podido más y se lo he preguntado al mío: «Pero, ¿tú no has cobrado alguna herencia?». Me ha contestado que no y, bueno, me he puesto de los nervios. Sin cuentas en Andorra, Suiza ni Liechtenstein. En mi familia nadie tiene tampoco, como Oleguer Pujol, una aplicación en el móvil que haga desaparecer lo que tenemos en el ordenador. Pero hay más. Ni siquiera han entrado nunca en mi casa, ni en la de mi padre, ni en casa de mi abuela unos perros de la poli buscando dinero
Estoy seguro de que te ha ocurrido lo mismo con tu padre. Al final, yo tampoco he podido más y se lo he preguntado al mío: «Pero, ¿tú no has cobrado alguna herencia?». Me ha contestado que no y, bueno, me he puesto de los nervios. «¡Pero qué clase de familia somos nosotros! Mira los Pujol, qué bien que están. Y nosotros, sin cuentas en Andorra, Suiza ni Liechtenstein. ¡Somos una vergüenza, papá!», le he aclarado. No es para menos. En mi familia nadie tiene, como Oleguer Pujol, una aplicación en el móvil que haga desaparecer lo que tenemos en el ordenador. Pero hay más. Ni siquiera han entrado nunca en mi casa, ni en la de mi padre, ni en casa de mi abuela unos perros de la poli buscando dinero, como sí ha pasado en casa de Oleguer. Y luego dicen que ya no hay crisis. ¡Si hasta los perros buscan dinero, inclusive por las casas!
Y yo que creía que mi familia era normal y corriente. Seguro que tú pensabas lo mismo de la tuya. Pues la hemos pifiado. Ahora, lo normal son los impostores. Tan solo hay que ojear el diario para ver que están a la orden día. Por eso me extrañó tanto leer el otro día que la magistrada que instruye el caso sobre Nicolás se ha quedado a cuadros. No entiende cómo este veinteañero del PP, conocido como el impostor más joven de España, pudo engañar a tanta gente y tan importante con solo palabrería. Pues no me parece tan sorprendente teniendo en cuenta la España en que vivimos. Será que tiene vocación política, digo yo. El chaval se hizo pasar por asesor del Gobierno y, en algunos medios, se ha destacado que incluso estuvo en el besamanos de Felipe VI. ¿Y qué tiene de peculiar? En el besamanos también estuvo Rodrigo Rato , que ha pagado una fianza de tres millones por engañarnos con las tarjetas black de Bankia.
Nicolás y Rodrigo
Me pregunto en qué se diferencian. ¿Nico nos ha salido más precoz como impostor? Puede. O no. Tal vez Rodrigo también fue precoz pero no lo han pillado hasta ahora porque ha sido más precavido. Si es así, Rodrigo es un rato largo y, en cambio, Nicolás es largo solo un rato. O puede que no sea nada de todo eso, y que la diferencia sea, simplemente, que Rato ha tenido más suerte. Mientras Nicolás ha estado detenido unas horas y luego puesto en libertad, Rodrigo sigue en libertad y aún no lo han detenido ni unas horas. Esperemos que, al final, todo salga bien, y don Rodrigo sea declarado inocente de haber tomado el pelo a los españoles y, por supuesto, metan en la cárcel a Nicolás por haber tomado el pelo al Partido Popular. Si el PP te toma el pelo a ti, incumpliendo promesas, es culpa de ZP, pero como se te ocurra a ti tomarle el pelo al PP, entonces es culpa tuya. ¡Nico, pánfilo! Cómo se te ocurre simular que curras para el Gobierno. No ves que ser joven, español y currar en España es casi imposible gracias al Gobierno. Seguro que lo pillaron por eso.
(El Periodico, 27 de octubre de 2014)