Hacia adentro, el Reino Unido inicia su transformación de Estado al tiempo plurinacional y muy centralizado hacia un formato radicalmente federal, aunque toda mención al concepto “federal” esté proscrita en las Islas. Hacia fuera, la noticia es magnífica para el europeísmo. Los europeos encontrarán alivio en el alejamiento de los peores augurios: el desgarro e inestabilidad de uno de sus principales Estados. Desde hoy al Gobierno de Londres le será mucho más arduo argumentar contra los avances federales de los Veintiocho. Scots, be welcome home! «Abrumador triunfo de la “tercera vía”» (El País, 19 de septiembre de 2014)