¿Deben votar los escoceses con la cabeza o con el corazón? Si las personas solo estuvieran hechas de intereses, si solo se movieran por el deseo de maximizar el retorno económico de sus decisiones, entonces la decisión entre la secesión o la permanencia debería ser relativamente sencilla. Sin embargo, la experiencia nos dice que las cosas son algo más complicadas. «Cabeza o corazón» (El País, 11 de septiembre de 2014)