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Construir una federación es la manera que tenemos de intentar conseguir las ventajas sin sufrir las pérdidas asociadas a la fragmentación. Con ella no hace falta que seamos tan parecidos, basta con que nos pongamos de acuerdo en qué gestionar en común, en qué por separado y en cómo resolver los conflictos que vayan surgiendo. Cataluña en España o Escocia en el Reino Unido son uniones heterogéneas con competencias repartidas. Una federación con democracia representativa es, probablemente, el invento político más sofisticado que podemos imaginar. «La gran y poderosa arrogancia» (Voxpopuli, 17 de septiembre de 2014)