El problema no está en el sistema de elección de los alcaldes. El problema estriba en cómo y con cuánta urgencia se plantea una reforma electoral de calado, que precisa de mucha reflexión y se debería abordar con un amplio consenso. La mayoría absoluta no puede valer para todo. «Sin complejos y sin vergüenza» (eldiario.es, 21 de agosto de 2014).