El terremoto moral que está suponiendo en Cataluña la confesión del expresidente amenaza seriamente con destruir al propio partido fundado por Pujol. Induce a reflexionar a los soberanistas de buena fe sobre la realidad, la retórica y la causalidad del, así aireado, expolio económico de Cataluña. Y en esa medida incomoda y posiblemente obstaculice la dinámica del proceso independentista, al que el viejo dirigente otorgó su bula. «El muy honorable gran defraudador» (El País, 29 de julio de 2014)
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