Esta tendencia al ensimismamiento no es nueva entre nosotros, pero sin duda se ha acentuado últimamente, entre otras razones porque el acelerado consumo de noticias, tan propio del tiempo que vivimos, facilita la extendida sensación no solo de que no dejan de pasar cosas, sino sobre todo de que las cosas que pasan son por completo nuevas y solo nos ocurren a nosotros. Manuel Cruz advierte de los peligros que comporta convertir la política en un espectáculo en «La lógica que lo (des)ordena todo» («El País», 15 de junio).