El federalismo es una buena solución para países en los que existen identidades duales y diversidad territorial de preferencias o necesidades. Eso quiere decir que una amplia mayoría de los individuos se deben sentir partícipes de dos comunidades políticas distintas de forma simultánea, una de ámbito estatal y otra regional o autonómica. Necesitamos reflexionar sobre lo que realmente somos y pensar en un federalismo que refuerce lo autonómico, pero también lo común. «La complicación del debate territorial» («El País», 12 de septiembre de 2014).