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Cuando Cataluña se halla en el escaparate del mundo, los contenedores quemados son un lastre para la independencia. Poco importa, lo que suceda en otras partes de Europa. Hay que dejar de lado teorías conspirativas de conveniencia y aceptar humildemente que Cataluña tiene las contradicciones propias de cualquier país. Los que queman contenedores y apedrean a la policía son tan catalanes -autonomistas, federalistas o independentistas- como los mossos que dan porrazos. “Entre Prat y Can Vies” (El País, 01 de junio de 2014)