Editorial

Hace exactamente un año, Federalistes d’Esquerres puso en marcha un proceso de reflexión sobre su experiencia. Las condiciones sociales y políticas en las que se creó nuestra asociación han cambiado muy ampliamente, tanto en Cataluña como en el resto de España, como en la Unión Europea. Y también el espacio federalista ha crecido en todos los ámbitos, y con este crecimiento ha cambiado y se ha hecho una referencia ineludible: el federalismo ya no es visto como una ideología procedente del pasado, sino como la herramienta indispensable para afrontar los problemas de las sociedades de hoy y del futuro. Y esto explica cómo hemos crecido en Catalunya, cómo se han creado asociaciones hermanas en la mayoría de los territorios españoles o cómo la UE está federalizando sus políticas.

Los cambios en el contexto (que, con toda la modestia del mundo, también pueden atribuirse en alguna medida a nuestra existencia) hacían necesario reflexionar sobre nuestra identidad, nuestra actuación y nuestra organización. La Junta de Fed decidió aprovechar la casi – parada obligada por la pandemia, para poner en marcha un proceso abierto de reflexión, tanto dentro de la asociación como con personas de nuestro entorno, que permitiera una mirada nueva y una nueva forma de hacer las cosas : un nuevo horizonte, lo denominamos.

Durante meses los grupos territoriales y temáticos de la asociación se han reunido, ya presencialmente o por mecanismos telemáticos (que es otra de las cosas que hemos aprendido con la pandemia), analizaron la situación, contrastaron documentos y, sin voluntad de formular plataformas programáticas contrastadas, elaboraron una veintena de documentos, con propuestas muy diversas, a partir de las realidades territoriales y políticas propias de cada ámbito.

Estos documentos se reunieron, se hizo una síntesis; esta síntesis se remitió a todos los socios, para estimular la formulación de comentarios o contrapropuestas, en una nueva ronda de comentarios y aportaciones durante el pasado mes de octubre. Finalmente se convocó una asamblea extraordinaria, abierta a todos los socios, de clausura del proceso, asamblea que tuvo lugar el día 6 de Noviembre (casi 50 años, día por día, después de la creación de la Assemblea de Catalunya, en la que participaron un puñado de socios de Fed).

En todo este largo proceso, el primer elemento a reseñar es la amplia participación de los miembros de la asociación, a lo largo de las diversas fases de este: reuniones, contribuciones escritas, debates en las redes sociales, colaboraciones en la web de Federalistes d’Esquerres y otras formas de comunicación, se han utilizado para expresar puntos de vista, frecuentemente muy generales, pero a menudo también con propuestas precisas y concretas.

Un dato general presidía el conjunto de reflexiones: la constatación de que es necesario superar las limitaciones y las restricciones de la pandemia COVID – 19. Todavía está presente, y muy probablemente lo estará mucho tiempo; pero la situación de la vacunación y los datos epidemiológicos del país permiten reanudar actividades colectivas, charlas, encuentros, etc., que, con las necesarias precauciones, restauren buena parte de la “normalidad” anterior.

Pero a su vez, el confinamiento durante la pandemia y las estrategias puestas en marcha para hacer posible la realización de actividades colectivas en condiciones nuevas, mediante el recurso a las redes sociales, nos ha abierto un arsenal de posibilidades y de instrumentos que nunca habíamos utilizado y que, incorporados a nuestro repertorio, pueden permitirnos, por ejemplo, la participación de personas que viven en territorios muy alejados, o que se encuentran en contextos donde no hay muchos socios.

Por tanto, pues a la voluntad de reanudación de nuestra actividad “tradicional”: charlas, reuniones, presentaciones, se ha ha subrayado la importancia de incorporar más centralmente las dinámicas europeas en nuestra reflexión y actividad. Justamente, la puesta en marcha de las políticas “Next Generation” por parte de la Comisión Europea, representa un federalismo de los hechos, que debemos saber incorporar a nuestro discurso y actividades.

Esto también debería permitirnos, en tercer lugar, incrementar nuestra actividad en dos direcciones interrelacionadas: hacia los sectores jóvenes (en los que pronto se materializará el proyecto europeo RESCUE – “El coste de la no – Europa”) y hacia el mundo educativo. Se subrayaba, por ejemplo, la importancia del proyecto de producción y circulación de materiales sobre la historia de los movimientos federales en nuestro país, desde el siglo XIX, como herramienta de difusión de realidades poco conocidas. Este prometedor proyecto quedó interrumpido por la pandemia, y desde muchos ámbitos se ha subrayado su utilidad y urgencia.

No debemos olvidar el marco asociativo más amplio en el que nos movemos, como es la creación y puesta en marcha de organizaciones federalistas en otros territorios españoles; su unidad mediante la Asociación por una España Federal; y la implicación en la “Unión de los Europeístas Federalistas”, que nosotros encarnamos en Cataluña, y en cuyos órganos dirigentes participamos, tanto en UEF-España como en UEF-Europa.

Despertó interés la hipótesis que un número importante de socios planteó respecto a abreviar nuestro nombre. No está de más que nos digamos “de izquierdas”, ya que esta denominación representa nuestra identidad política y nuestra funcionalidad política original; pero tanto los cambios en el contexto político (en el que las fuerzas políticas y sindicales de izquierdas han ido definiéndose cada vez más claramente en sentido federalista) como el hecho de que las demás entidades federalistas de las Españas se llamen, simplemente, “federalistas ”, ha hecho pensar un cierto número de socios y de grupos territoriales en la posible conveniencia de abreviar nuestro nombre en este sentido.

Una discusión así requiere una metodología especial, una metodología federal. El documento de síntesis preparado por la Junta presentaba tanto esta hipótesis como la del mantenimiento de la denominación original, y las sometía a la consideración abierta de todos los socios: no existía una “propuesta de la dirección”, como algunas personas han creído entender . Nosotros no somos un partido político, ni una secta, en la que mayorías y minorías se disputan, legítimamente, fijar la orientación de la entidad. Federalistes d’Esquerres es una organización plural, en la que conviven muchas personas con puntos de vista diversos, con simpatías políticas diferentes, que comparten un proyecto: defender públicamente un proyecto civil y político federal, hacerlo presente en el debate político y social actual . Es absurdo, por tanto, establecer controles internos o contar cuántas personas son partidarias de cada hipótesis. Es en estos términos que la asamblea, constatando la existencia de una variedad de puntos de vista, estimó que la cuestión no estaba aún lo suficientemente madura como para plantearse y que, por tanto, no había caso para plantear un hipotético cambio de nombre. La asamblea votó, prácticamente por unanimidad, mantener la denominación de Federalistes d’Esquerres.

Por último, hubo unanimidad sobre la necesidad de potenciar nuestra acción comunicativa, orientándonos más enérgicamente hacia los medios de comunicación (viejos y nuevos), potenciando la presencia pública, la generación de iniciativas, etc., y encargando a la Junta que se adopten medidas en esa dirección.

En conjunto, la Asamblea Extraordinaria de la asociación, como acto de conclusión de todo un amplio proceso de reflexión colectiva, ha permitido una exploración en profundidad de nuestra realidad, de nuestros puntos fuertes y débiles, y de cómo incidir mejor y con más energía en nuestro contexto catalán, español y europeo, para conseguir ser una fuerza presente, más unida, más federalista y más de izquierdas.

Extracto de la asamblea del 6 de noviembre de 2021 con las conclusiones más importantes