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«Y mientras que a finales de febrero la Generalitat ni siquiera pensaba en cerrar las escuelas, en Barcelona ya se había trazado un plan de emergencia que ha llevado a coordinar y gestionar en poquísimo tiempo la creación de un espacio para personas sin hogar, la ampliación de los grandes hospitales de la ciudad acondicionando pabellones, para descongestionar las estructuras hospitalarias.

Todos estos ejemplos nos hablan de dos cosas. De la enorme capacidad de coordinación que han tenido los ayuntamientos, fueran del color político que fueran. Y de unas regidoras y unos regidores que —lejos de lo que piensa Sala i Martín, pero seguramente muy cerca de la percepción de la ciudadanía, como han demostrado los últimos estudios demoscópicos— han hecho, en esta coyuntura tan difícil, simplemente buena política, si por eso entendemos poner por delante de cualquier otra cosa los intereses de las personas. Cuando pase esta crisis, tendríamos que recordar todas quién y cómo ha hecho buena política. Para descartar aquella que, en tiempos difíciles o en tiempos más felices, simplemente es mala.»

Buena política (El País, 7 de abril de 2020)