La primera conferencia del ciclo en Transformadors, organizada por Federalistes d’Esquerres en Barcelona, logró activar la temperatura de la sala, a pesar de la intensa lluvia que arreciaba en el exterior.
Manuel Cruz nos confirmó que Ser humano es ser de palabra, y que somos seres sociales porque tenemos lenguaje. Pero su palabra profunda y amena, con una conferencia preparada concienzudamente, pero transformada en una conversación entre amigos, merece ser oída en directo, como la encontrareis reproducida a continuación.
Una hora deliciosa que os recomiendo seguir con libro de notas al lado. Nos explicó que el lenguaje es universal, y es más que un instrumento.
Según Gadamer es un juego que nos juega. Somos piezas del lenguaje. Pero se puede convertir en un arma de doble filo y con la palabra se puede conseguir el mayor daño o la mayor felicidad. El lenguaje político genera confusión, como el malentendido deliberado. La política es palabra, como hacer cosas con palabras. Las palabras se transforman en actos, en documentos, en acción. Las palabras se han transformado en delitos. Delitos de odio. Incluso los partidos de fútbol se pueden interrumpir por insultos. Las palabras se pueden neutralizar con otras palabras, las emociones se expresan con símbolos. Antes los ciudadanos se agrupaban por convicciones, ahora por sentimientos. Lo que nos hace humanos es gobernar los sentimientos. La política debe explicarse sin manipulación. El pensamiento se debe referir a ser crítico, y no engañarnos y no engañar con la palabra. Nos desgranó las diversas formas de engañar al hablar, como tratar de definir una parte por el todo.
Las ideas ocupan cada día menos espacio en la vida pública. Son las palabras las que marcan la diferencia. Determinadas palabras son más movilizadoras que los argumentos. Incluso la palabra diálogo es manoseada. Lo más radical es atreverse a dialogar con el diferente. Quien insulta niega al otro la condición de ser humano. Y una de las últimas palabras para sacudir consciencias: ” Nadie hace el mal a sabiendas”.
Es radical el que se atreve a medirse con el otro. Diferenciar entre diálogo y negociación. Escuchar al otro, la palabra del otro es una operación de alto riesgo. Quizás la fórmula es convertirnos en críticos, y ser crítico es ser capaz de preguntar. En el rico debate posterior nos habló de la necesidad de abrir las palabras, y no entrar en las negociaciones con programas de máximo, sino estableciendo un listado de problemas, ya que hay muchos ámbitos de la vida común que dependen de la opinión elegible. Establecer prioridades es hacer POLÍTICA.
( Resumen C. Valls-Llobet)
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En el siguiente vídeo pueden ver la conferencia completa: