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La realidad es que los ciudadanos de Cataluña son muy variados, en lo que a identidades se refiere, ya que afortunadamente, pertenecemos a poblaciones abiertas que han mantenido una elevada interacción con su entorno y se han enriquecido a través de ella.

Soy de las que piensan que las leyes no deberían contener conceptos de este tipo, puesto que son emocionales y despiertan pasiones. Sin embargo, nuestra Constitución reconoce una nación española (que satisface al nacionalismo español centrípeto), compuesta por nacionalidades y regiones (no dice cuántas, ni falta que hace). Asímismo, los estatutos autonómicos, en muchos casos, reconocen a las CCAA como entidades nacionales (lo que debería satisfacer al nacionalismo centrífugo). Por tanto, de facto, pertenecemos a un país plurinacional, ya que es compuesto, descentralizado y alberga en su seno algunas regiones que se definen a sí mismas como naciones y así figura en sus estatutos. Todo ya lo dice la ley.

La verdadera patria (Crónica Global, 20 de diciembre de 2019)