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«Esto es algo muy propio de los nacionalismos. En ocasiones, generalmente cuando se sienten más fuertes, enmascaran su yo profundo con valores, ideas, planteamientos, digamos, socialmente aceptados. Pero, a la larga, acaban cayendo en la identidad, casi como su única razón de ser. Y en esa deriva recurren a los mitos, a la lectura histórica interesada, a los hechos diferenciales… A lo que haga falta para justificar lo de un “solo pueblo”. Cataluña es, desde sus orígenes, un paradigma de diversidad. El mestizaje es su propia razón de ser, y carece absolutamente de sentido que el vecino sea un tipo a abatir, sino es de tu cuerda. Esto produce terror. Y es tremendo constatar que los adictos al movimiento han llegado a un extremo del cual es difícil echar marcha atrás. Reconocer que se han equivocado supondría caer en una profunda melancolía. Es una huida hacia no se sabe dónde.»

Entrevista a Ricard Cayuela (El Triangle, 7 de diciembre de 2019)