«La historia es como la materia: no se crea ni se destruye; sólo se transforma. En lo esencial, los seres humanos apenas cambiamos (y no solemos escarmentar en cabeza ajena), cosa que explica que muchos errores que estamos cometiendo hoy, tras la crisis de 2008, sean tan semejantes a los que cometimos en los años treinta, tras la crisis de 1929. La historia, sin embargo, nunca se repite, o no exactamente —lo que estamos viviendo ahora no es igual que lo que vivieron nuestros antepasados—, aunque a menudo se repite con máscaras diversas. El nacionalpopulismo rampante de hoy, por ejemplo, no es el fascismo rampante de ayer, pero sí es su máscara posmoderna.»
El golpe inglés (El País, 6 de octubre de 2019)