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“Siempre he pensado que las derechas nacionalistas —ya sean catalanas, españolas o de donde sean— siempre acaban coincidiendo, expresa o tácitamente porque, en el fondo, les une la animadversión a la izquierda y, sobre todo, porque se alimentan y necesitan mutuamente. Cuanto más nacionalismo en Cataluña, más en España y viceversa. El drama es que hemos llegado a un punto en el que las derechas españolas y catalanas entienden que les puede ir mejor, en unas elecciones, el enfrentamiento que un posible acuerdo. Por eso, si en las próximas elecciones del 28 de abril ganan las derechas, de uno y otro lado, tendremos la confrontación asegurada y entonces sí que se pondrá en riesgo la unidad del país. Porque la unidad y la salud de la democracia, en España y en Europa, dependerá de que derrotemos a todo tipo de nacionalismos y coloquemos la agenda social en el centro de la política. Esto es lo que nos jugamos en las próximas elecciones, o la guerra de las banderas o un avance en la cohesión social y territorial.”

La coyunda de las derechas (21 de marzo de 2019)