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“La política tuvo su tiempo y lo desaprovechó. Así en Madrid como en Barcelona. El Gobierno de España, presidido por Mariano Rajoy, se parapetó en la ley; el Govern de la Generalitat, presidido por Carles Puigdemont, la desdeñó. La política brilló por su ausencia. Ahora este déficit de política es la patata caliente que, unos y otros, ponen sobre la mesa del Supremo. No se puede esperar que su Sala Segunda resuelva el contencioso político de fondo; ni debe ni puede hacerlo. Es de esperar, sin embargo, que tampoco complique su resolución futura.”

El tiempo de la justicia (El Periódico, 12 de febrero de 2019)