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«Yo ya no sé si les queda sentido del ridículo a gente que ha quedado tan desdibujada y tan desacreditada después de las imágenes televisivas donde una cantidad nada despreciable de secesionistas a punto estuvieron de asaltar el Parlamento de Cataluña. Diríamos que se trata de un esperpento, de una escenificación hecha por malos actores que se mueven por intereses perversos en detrimento de su propio público, y donde ya no sabemos qué es real y qué es mentira, qué parte de la obra pertenece a la ficción y qué a la verdad, qué se prepara para la galería y qué forma parte de sus miserias. »

El último chiste o no somos 28 de diciembre (ISabadell, 6 de octubre de 2018)