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“Pero el balance práctico de lo que ha cosechado tanto esfuerzo es menos que romo. Políticamente gestionado por los Gobiernos de la Generalitat de Artur Mas (incluye el primer ejercicio soberanista, 2011), Carles Puigdemont y Quim Torra, el procés –en un contexto de severo revés económico global y en responsabilidad compartida con un Gobierno centralista en España– ha sido negativo para el bienestar de los catalanes. Para su vida institucional. Y para su prestigio. Primero fueron los campeones de la austeridad; y luego redujeron la gobernanza al priorizar la agitación. Los datos cantan.”

Siete años de vacas flacas (El País, 11 de septiembre de 2018)