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«La consejera dice que Juan Marsé es catalán, pero no que su literatura lo sea. El hecho de que a continuación afirme que no piensa renunciar a ella (ni a la de Eduardo Mendoza, ni a la de Vila-Matas, ni a las de tantos autores que escriben en castellano, o en castellano y catalán, indistintamente, como hay en Cataluña) “porque esos autores forman parte de mi vida” (sic), ya hace ver que para ella hay dos literaturas diferentes, una catalana y otra que no lo es. No dice que sea extranjera, pero posiblemente lo piense.»

Lenguas. (El País, 28 de julio de 2018)