Hay una razón de fondo, que los espectadores pudieron ver en directo por televisión, en la salutación glacial entre Puigdemont y Junqueras tras la votación, o en las caras de funeral de diputados y consejeros (excepto el alegre Comín) al salir del hemiciclo, o en el lenguaje corporal de muchos de los presentes, salvo la sincera alegría de las gentes de la CUP: ¿quién conduce el procés a partir de hoy? «¿Astucia o liderazgo?» (El País, 28 de octubre de 2017)