Definitivamente, el Partit Demòcrata Català deberá crear urgentemente una comisión de ética. No basta con proclamarse republicanos e independentistas para dejar de ser la vieja Convergència. No es suficiente con pasar página y exhibir una síntesis de viejas y nuevas caras y que sigan mandando las más vistas. Se acabaron lo tiempos de amalgamas tacticistas desde la socialdemocracia sueca teórica a los paraísos fiscales prácticos. «El viejo mundo persigue al PDC» (El País, 16 de julio de 2016)