Opinión

Los partidos no independentistas deben dar muestras de que quieren arreglar alguna cosa con medidas más concretas que la de revisar el texto constitucional para ponerlo al día. No responder sólo con un Junts pel No, sino con la intención de dar un contenido claro y creíble. Por ejemplo, cogiendo por los cuernos las dos cuestiones que más malestar producen en la conciencia independentista, e incluso la no independentista: la reforma de la financiación de las autonomías y la autorización del mal llamado derecho a decidir. «La unión de los unionistas» (El País, 10 de noviembre de 2015)